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¿Que no puedo hacer qué?
(Este subtítulo no es una pregunta ¡es todo un reto!)
Sin duda hay vocecitas en nuestra cabeza a las que escuchamos decir “no puedo”; y si prestamos atención podemos oír tras esas palabras
la voz de… nuestro padre, de un profesor o incluso de algún amigo… ¿Y es que cuántas veces nos las habrán repetido? «No puedes ser organizado», «no puedes aprender a bailar», «no puedes tener un trabajo que te apasione»… y bla, bla, bla… Pero ¿por qué no?
la voz de… nuestro padre, de un profesor o incluso de algún amigo… ¿Y es que cuántas veces nos las habrán repetido? «No puedes ser organizado», «no puedes aprender a bailar», «no puedes tener un trabajo que te apasione»… y bla, bla, bla… Pero ¿por qué no?
El último debate del ”Club de Lectura Positiva «Positiva_lee» trataba justo de esta serie de creencias limitantes. Nos basamos en uno de los maravillosos cuentos que nos regala el libro Sopa de
pollo para el alma, para descubrirlas, trabajarlas y eliminarlas.
pollo para el alma, para descubrirlas, trabajarlas y eliminarlas.
Por lo que pusimos en práctica la actividad simbólica que comparte el cuento: un original funeral optimista de los «no puedo». ¿A que suena divertido? ¡Pues lo fue!
Primero escribimos en una cuartilla una lista de frases que empezaban por “no puedo”. Después las doblamos y nos reunimos alrededor de una caja de zapatos vacía que representaba un improvisado ataúd. Nos tomamos de las manos y, uno a uno, fuimos rompiendo con fuerza cada papel, introduciéndolo con una gran sonrisa en la caja a la voz de: «Cambio mis “no puedo” por ¡voy a hacerlo!….por ¡lo lograré!… por ¡miles de puedo!«.
(He de decir que siendo ya un grupo positivo avanzado, las listas fueron bastante cortas ¡Hurra por mis positiv@s!)
Este fue uno de esos tantos momentos especiales vividos en el curso y creo que siempre lo recordaremos con un enorme cariño :)
Para terminar, os invito a que hagáis cada uno vuestro propio funeral de los “no puedo”. Solos, con amigos o aquí mismo conmigo! ¿Por qué no?
Empezaré yo: Cambio mi “no puedo conducir» por «lograré conducir tranquila, como una campeona».
¡Te toca!…
Como punto y final os dejo la frase de una canción que lo resume todo:
«Saber que se puede, querer que se pueda…»