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¿Han abusado alguna vez de tu confianza y tu buen corazón?

¿Te han hecho creer que no vales para nada y que eres un inútil?

¿Cuando te van bien las cosas aparece un «pincha globos» para decirte que lo bueno dura poco, y que no te hagas ilusiones?

Todos en algún momento nos hemos encontrado con gente que nos ha hecho daño
Y aunque es inevitable coincidir con «personajes» de esta índole, la buena noticia es que también podemos hacernos con herramientas para reconocerlos, alejarnos de ellos e incluso que nos afecten menos sus malas intenciones.

En la última reunión del Club de Lectura Positiva, estuvimos trabajando sobre el libro: «Gente Tóxica» de Bernardo Stamateas. Un estupendo manual que nos ayuda a identificar, una por una, a esas personas non gratas; ofreciéndonos también valiosas pautas para saber tratar con ellas.


Me gustaría compartir contigo una de las actividades que realizamos basada en cómo reducir el daño emocional causado por un tóxico. Te invito a que la pongas en práctica y luego, si te apetece me cuentes los resultados.


«LA CARTA DE DESPEDIDA»
  1. Piensa en una persona tóxica con la que te hayas encontrado en el camino de tu vida.
  2. Recrea la situación dolorosa que viviste con ella. Cómo te trataba… qué te decía… cómo te hacía sentir…
  3. Toma un folio y ayudándonos de la escritura como terapia, comienza la carta.

Primero especifica con tus palabras el daño concreto que esa persona te ha hecho.
Después recopila con generosidad todo el aprendizaje que puedes extraer de aquellas vivencias.

Sé inteligente, ¡sácale provecho a lo que te ha sucedido!


Te ayudo con un ejemplo:

Querido tóxico:
Esta es una carta de despedida. Me despido de tus faltas de respeto y de utilizarme como si fuese una cosa de usar y tirar. De hacerme sentir nada y de hasta hacerme dudar de mis palabras.(bla, bla, bla). En definitiva, me despido de ti y de tu daño. 
Aún así quiero agradecerte algo, porque soy una persona que de todo lo malo extraigo la parte positiva. Gracias a ti he aprendido a poner límites cuando alguien se sobrepasa conmigo, a no querer agradar a todo el mundo, y a quererme un poco más. He aprendido que soy más fuerte de lo que pensaba y que también hay gente que me quiere y me ayuda cuando lo necesito (bla, bla, bla).
Hoy soy feliz y seguiré entrenándome para que gente como tú no logre hacerme sufrir.

                                                                                                 
Una vez terminada, introdúcela en un sobre, ciérralo y escribe fuera «Carta de despedida». A continuación, si te apetece, puedes quemarla, romperla, lanzarla al cielo con un globo de helio, o ¡enviarla! ;)

Recuerda:
  «Cada vez que te agredan y puedas salir airoso de ese ataque verbal, habrás crecido».

Un super beso y prepárate para ¡desintoxicar tu vida!

Sabela Naranjo

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